La adquisición del lenguaje es un proceso de gran complejidad. Quizá más que cualquier otro proceso, ejemplifica el potencial ilimitado y sumamente intricado del organismo humano. Está claro que, para que un ser humano sea capaz de hablar, deben darse ciertas condiciones biológicas pero estas no son suficiente .Según Humberto Maturana sólo podemos hacer lo que nuestra biología nos permite; no podemos traspasar los límites de nuestras capacidades biológicas. Sin la estructura particular del sistema nervioso humano, y sin los desarrollados sentidos con los que están equipados los seres humanos, no tendríamos la capacidad de oír y hablar en la forma en que lo hacemos. Pero el lenguaje no es generado por nuestras capacidades biológicas. Los «niños-lobo» (aquellos niños criados en la selva por los lobos y no por seres humanos), que tienen todas estas capacidades biológicas, no desarrollan aquello que conocemos como el lenguaje humano.
El lenguaje es algo más que un desarrollo meramente cognoscitivo y biológico también engloba el crecimiento social. Los niños han de aprender un lenguaje específico, con todas sus ramificaciones culturales y esto lo hacen en sociedad. Al aprender el vocabulario y la sintaxis, también asimilan valores sociales como la urbanidad, la obediencia y las peculiaridades de los roles sexuales. Así pues, la adquisición del lenguaje comprende el desarrollo tanto cognoscitivo como social. Cuando los niños pueden entender y comunicar sus deseos, necesidades y observaciones, el mundo los trata en una forma muy distinta. El uso o función social del lenguaje es complejo. El niño aprende a ser cortés y respetuoso con sus mayores, a simplificar su lenguaje para que le entiendan los lactantes, a tomar su turno cuando participan en una conversación y a entender por igual el habla directa e indirecta. Aprende a adivina las intenciones del hablante, así como comprender las palabras reales. Por ejemplo, una oración como: ¿Qué pasa?, puede tener diferentes significados según la situación en que se pronuncie. Puede ser una simple petición de información, pero también puede ser una expresión de terror .Nos servimos del habla para muchas cosas. Lo usamos para satisfacer deseos y necesidades; para controla a otros; para mantener contacto con otros; para expresar sentimientos, para imaginar, fingir o crear; para preguntar y describir … Y es en esta interacción entre diferentes seres humanos particulares lo que le da el carácter de dominio consensual al lenguaje. . No existe otro camino que el del lenguaje; fuera del lenguaje no existe un lugar en el que podamos apoyarnos. Los seres humanos vivimos en un mundo lingüístico.(Rafael Echeverría )